PERÚ 2.0

Hoy hace dos meses que llegué de Perú. Prometí en entradas anteriores contaros como había sido todo el camino recorrido hasta alcanzar el país bicolor de América del Sur. 

Todo empezó en diciembre de 2012. Llevaba varios meses sumida en una continua situación de decepción del mundo que me rodeaba. El vacío interior aumentaba con el paso del tiempo, hasta que una de las personas más importantes de mi vida me preguntó: "Luisa, ¿quieres irte de misiones a Perú?". Mi cabeza no estaba para decidir, así que ya lo hizo mi corazón, que casi nunca me falla.Y ya sabéis la respuesta.  Hasta febrero de 2013 no estuvo todo en orden para empezar a contarle al mundo la experiencia que iba a vivir en los meses de julio y agosto. 

Únicamente con el hecho de sentir y saber que me iba a Perú, mis ganas de vivir el día a día iban aumentando y ansiaba que fuera el día 30 de junio para partir a un nuevo mundo. En aquel estado de euforia, depositaba toda la confianza de que hubiera una humanidad que todavía creyese en el amor. 

Y ahora vuelvo a estar aquí. Pasaron los dos meses, más lentos, más rápidos, mejor, peor, con muchas ganas, con menos , pero al final, todo lo que me he traído no ha sido más que puro AMOR, de aquel que definía Voltaire como "la más fuerte de las pasiones, porque ataca al mismo tiempo a la cabeza, al corazón y al cuerpo". En este caso, hablo de un amor gozoso, de esos que te llenan la vida, que te hacen resucitar del túnel más que oscuro en el que estabas metido. Un amor que provenía de todas esas personas, que te daban todo, incluso cuando les faltaba para ellos. Daban, daban y daban y siguen dando, dando y dando. Las miradas, las sonrisas, los abrazos de los niños eran toda una energía que todavía la llevo en mis huesos. 

Próximamente más detalles de pre- en y post- Perú. 

¡Feliz fin de semana!